Escrito por: Anahí Morin

Una de las causas de la migración forzada son las pocas oportunidades para tener una vida digna en el país de origen. Claramente el subdesarrollo en América Latina ejerce una gran influencia en las condiciones de vida de la población debido al saqueo colonial e imperialista a la que ha estado sujeta históricamente. Estados Unidos ha tratado de extender sus dominios hacia el sur del continente desde el siglo XIX, para extraer las riquezas que estos territorios pueden ofrecer y ha comprado voluntades de diferentes gobiernos locales para lograrlo. Hoy en día se ha establecido una libre exportación de capitales entre Latinoamérica y Estados Unidos, con menores trabas de las que se le impone al desplazamiento de mano de obra que se dirige al norte del continente.

Sin embargo, hubo periodos en que USA ha fomentado la inmigración latinoamericana para cubrir la necesidad de mano de obra en periodos donde el impulso bélico es prioritario y la escasez de mano de obra paraliza la producción. Esto ha propiciado que la mano de obra latina sea de una importancia fundamental en la producción estadounidense. Aun cuando sea Estados Unidos el que tenga injerencia en los gobiernos locales que propician la guerra, que manipule la opinión pública a su conveniencia por el control sobre los medios de comunicación, y que su mercado negro suministre armas al narcotráfico. Ni qué decir del control que tiene del mismo narcotráfico en Latinoamérica y en su propio territorio.

Por estos motivos hay que tener presentes las siguientes premisas. 1. Estados Unidos con su control político, económico, militar y armamentístico a depredado todo el continente latinoamericano fomentando su propia acumulación a costa del despojo de los pobladores locales a quienes no les queda más alternativa que migrar. 2. La injerencia actual de Estados Unidos sobre los países latinoamericanos que resisten y luchan por su soberanía tiene una marca notoria, el lawfare o golpe blando.

Se debe aclarar que México es un país de tránsito que no tiene una crisis migratoria como si la tiene nuestro vecino del norte, sin embargo las políticas estadounidenses en el contexto político mexicano (un gobierno de izquierda) han querido adjudicar a México un problema que desde la cúpula de gobierno estadounidense se ha incrementado por la excesiva xenofobia, racismo y criminalización de la pobreza que ellos mismos han provocado y que son las condiciones que expulsan a los migrantes de sus países de origen. La lucha de clases se manifiesta porque mientras las grandes empresas estadounidenses logran acumular capitales la población latinoamericana es víctima del despojo de sus riquezas naturales, de la devastación ambiental y la pobreza en general.

Desde el país vecino del norte se ha pedido que México ejerza la fuerza militar contra los migrantes, que sea el tercer país seguro para evitar que los indeseables entren a territorio como lo han hecho desde hace décadas, en la ilegalidad. Algunos estados americanos como Florida han recrudecido su política local antinmigrantes y han emitido polémicas declaraciones hacia los mexicanos y hacia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador criticando su política pacífica hacia los migrantes. Quieren presionar para que las políticas sean más represivas y que las empresas estadounidenses y puedan tener los mismos privilegios que gozaban antes de la 4t, para explotar a la mano de obra en las ciudades fronterizas. Para tener una razón por la cual pueda el ejército norteamericano merodear y ejercer su arbitrio en nuestras ciudades fronterizas.

Son parte de la misma política injerencista los golpes sistemáticos orquestados desde la ultraderecha en el parlamento mexicano, los frenos a las reformas por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los reportajes que medios de comunicación reconocidos mundialmente han presentado haciendo pasar a México como un productor de fentanilo entre otras estrategias sistemáticas orquestadas contra el Estado mexicano. La retórica de criminalización del migrante como traficante de drogas y los incidentes en los albergues migrantes que terminan culpando al presidente mexicano y a su política migratoria son parte de la estrategia de Lawfare. Si el Estado mexicano por algún motivo decidiera usar su fuerza militar contra los migrantes Estados Unidos sería el primero en condenar las políticas represivas del presidente Obrador y replicando los procesos de criminalización que les han impuesto a Evo Morales o a Pedro Castillo.

La migración forzada es un problema mundial en el capitalismo, y no se acabará hasta que las sociedades asumamos el compromiso de la vida en el planeta y la dignidad humana como prioridad y que la acumulación quede proscrita y enterrada en las páginas de la historia.