Escrito Por: Edgar López Rosales

“Para un revolucionario, no basta con tener ideas correctas. No olvidemos que El capital y el Manifiesto comunista ya establecieron ideas correctas, sin que ello impidiera la propagación de ideas falsas. La tarea del partido revolucionario consiste en fundir esas ideas correctas con el movimiento obrero de masas. Solo de este modo pueden las ideas transformarse en fuerzas motrices.” (Trotsky, La liga frente a un giro)

El Socialismo implica el control democrático de la economía por parte de la mayoría de la población, pero para esto es necesario que el proletariado se constituya en una clase histórica y tome el poder de los medios de producción, destruya el Estado capitalista y constituya un Estado Socialista (el proletariado constituido en clase dominante o Dictadura del proletariado) como medida transitoria al Comunismo y a la sociedad sin clases. Todo esto es el ABC para los marxistas, y constituyen nuestros principios firmes e inamovibles, en los cuales no podemos ceder ni un milímetro mientras subsista el capitalismo.  

No obstante, el abecedario tiene más letras que solo el ABC. No podemos creer que, por el simple hecho de repetir el ABC marxista, las masas abrazarán la teoría revolucionaria. Para los marxistas la lucha por el Socialismo solo puede ser posible mediante la construcción de un partido proletario. El Partido proletario debe ser de masas, abiertamente socialista, de clase e independiente al parlamentarismo burgués.  

No obstante, en México todavía estamos muy lejos de crear un Partido proletario con las características que explica la teoría marxista. No podemos proclamar simplemente el Partido proletario por decreto y esperar que las masas se acerquen a nosotros, sino que es necesario acudir donde se encuentran las masas, donde quiera que ellas se encuentren y uno de esos lugares donde actualmente están volcadas las masas en México, es el frente electoral.   

Esto es algo completamente normal dentro de los procesos revolucionarios, ya que las masas antes de abrazar la idea de la revolucion socialista, buscaran orientarse al proceso electoral, esperando que a través del voto burgués se puedan cambiar en algo sus condiciones de vida; nada de esto sucederá, pero es una etapa inevitable que el movimiento proletario tiene que atravesar. Aquí la pregunta radica en ¿deben los Socialistas y Comunistas participar en los parlamentos burgueses?   

¿Debe participarse en los parlamentos burgueses?

Esta pregunta ya la respondió Lenin hace mas de 100 años en su folleto titulado la Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo, en el Capítulo VII ¿Debe participarse en los parlamentos burgueses?, cita:

“la participación en las elecciones parlamentarias y en la lucha desde la tribuna parlamentaria es obligatoria para el partido del proletariado revolucionario precisamente para educar a los sectores atrasados de su clase, precisamente para despertar e instruir a la masa aldeana inculta, oprimida e ignorante. Mientras no tengáis fuerza para disolver el parlamento burgués y cualquier otra institución reaccionaria, estáis obligados a actuar en el seno de dichas instituciones precisamente porque hay todavía en ellas obreros idiotizados por el clero y por la vida en los rincones más perdidos del campo. De lo contrario corréis el riesgo de convertiros en simples charlatanes.”

Si esto es válido para el partido del proletariado, imaginemos ahora el caso de los Socialistas y Comunistas en México, que todavía somos pequeños círculos dispersos. Mas adelante continua:

“Los bolcheviques hemos actuado en los parlamentos más contrarrevolucionarios y la experiencia ha demostrado que semejante participación ha sido no sólo útil, sino necesaria para el partido del proletariado revolucionario precisamente después de la primera revolución burguesa en Rusia (1905), a fin de preparar la segunda revolución burguesa (febrero de 1917) y luego la revolución socialista (octubre de 1917).” (Lenin, La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo)

No está por demás reiterar, que el parlamentarismo burgués no es la única forma de lucha política ni tampoco creer que a través de la vía parlamentaria llegaremos al Socialismo. Los dirigentes de la Internacional Socialista mantenían esta tesis, que a través del parlamentarismo burgués podríamos llegar al socialismo, lo cual no solo es falso, sino que da pie a todo tipo de degeneraciones políticas, como el cretinismo parlamentario, el oportunismo y el revisionismo.

No obstante, mientras no se tenga la fuerza necesaria para boicotear las instituciones burguesas, es necesaria la lucha política en el parlamentarismo burgués, como una tribuna de agitación revolucionaria para llegar a las amplias masas, asimismo la intervención en el parlamentarismo burgués debe servir para foguear e impulsar a los nuevos cuadros Socialistas y Comunistas.

Los revolucionarios hacen bien en señalar las limitaciones de los dirigentes reformistas de los partidos burgueses, que como ya explicaba Lenin el reformismo “es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital.”  No obstante, los Socialistas y Comunistas no pueden solamente limitarse a denunciar de manera histérica a los “jefes” de los partidos burgueses, sino que es necesario que ellos mismos se presenten como una alternativa seria ante las masas.

La participación electoral de los Socialistas y Comunistas no será para nada un proceso fácil y pacifico, al contario el régimen, los partidos burgueses y los dirigentes reformistas buscaran cerrar el paso para el ascenso de una propuesta socialista. La participación electoral se convierte así en una verdadera escuela de formación revolucionaria, donde los Socialistas y Comunistas deben demostrar en la práctica la superioridad del socialismo sobre el capitalismo, sino quieren quedar como meros charlatanes del marxismo.  

¿hay condiciones para un partido electoral de los Socialistas y Comunistas en México?

Después del colapso de la URSS, los comunistas y los socialistas quedamos reducidos a pequeños grupos con poca o nula influencia de masas; la actual crisis del capitalismo y la incapacidad de hacer frente a esta crisis, por parte de los llamados gobiernos progresistas, ha puesto nuevamente sobre la mesa la necesidad de la organización marxista.  

Lamentablemente todavía estamos muy lejos de tener la fuerza organizada para conformar un partido político con registro electoral por parte de los Socialistas y Comunistas. Actualmente morena se ha constituido como el principal partido de izquierda, aunque su descomposición interna como partido se hace cada vez más evidente. Si bien en el terreno de las reformas la 4T continúa avanzando, al interior del movimiento no se permite la participación democrática de las bases en la toma de decisiones, asimismo en los cargos públicos se ha puesto a toda clase de personajes despreciables del antiguo régimen. Esta es una receta acabada para futuros enfrentamientos de lucha de clases.  

No obstante, para que exista en una escisión de masas de morena y se dé la conformación de un partido de masas de carácter socialista y comunista, todavía son necesarios los grandes choques históricos que evidencie ante las masas las limitaciones del reformismo. A pesar de esto, tampoco necesitamos esperar décadas para ver estos grandes choques históricos, actualmente en México nos encontramos dentro de un proceso revolucionario, que tiene sus alzas y sus bajas, pero dentro de este proceso veremos constantemente la creación y destrucción de organizaciones de masas.

La tarea de los socialistas y comunistas, serán prepararnos y organizarnos para esos grandes acontecimientos tanto dentro como fuera de morena. No hacer fetiche de ningún método de lucha, todos los frentes de lucha son importantes, y en este escenario el frente electoral adquiere una vital importancia para la difusión de las ideas del marxismo.

Es muy complicado que una sola organización de las que actualmente se revindican socialistas y comunistas, puedan llevar a cabo por si sola esta tarea. Por lo que es necesario impulsar una propuesta conjunta y seria de los socialistas y comunistas a nivel nacional, respetando nuestras diferencias, pero al mismo tiempo participando en unidad por la causa del proletariado. Cualquier organización que se aislé de estos debates estará cometiendo un grave error, pero sobre todo estará demostrando que no están dispuesta a romper con el espíritu de circulo que tanto criticaba Lenin.

La disyuntiva vuelve a ponerse sobre la mesa para los marxistas ¿espíritu de círculo o espíritu de partido? Durante el periodo reciente en México, a los marxistas no nos quedó de otra que refugiarnos en pequeñas organizaciones para continuar con nuestra formación marxista, estas organizaciones funcionaban como pequeños círculos.

Muchas de las actuales organizaciones que se reivindican Socialistas y Comunistas no estarán dispuestas a participar en los debates públicos sobre el camino que deben tomar los Socialistas y comunistas, para ellos se ha vuelto muy cómodo mantener cierta “rutina marxista”, recaudar fondos para su organización y criticar a este u otro dirigente por ser burgués. Sus organizaciones son pequeños feudos donde ellos son los cabecillas y poseedores del “auténtico marxismo”. No obstante, el debate entre Socialistas y Comunistas se tendrán que dar inevitablemente, no como una manera de ver “quienes tienen la razón”, sino para empujar el nivel de conciencia del proletariado mexicano.

La participación electoral será un proceso de construcción a mediano y largo plazo, pero eso no quiere decir que esperemos sentados para participar en el frente electoral. La organización electoral de los Socialistas y comunistas no caerá del cielo, sino que es necesaria irla construyendo en lo inmediato. En el mediano plazo nos esperan los procesos electorales de 2027 y 2030, los marxistas no podemos seguir actuando como meros espectadores de los procesos, sino que es necesario presentar ante la sociedad una propuesta electoral conjunta de los Socialistas y Comunistas.

Podríamos equivocarnos en presentar semejante alternativa electoral, pero solamente los que no hacen nada no se equivocan. Que la historia nos juzgue si fue la táctica correcta o no, pero que no se nos juzgue por no intentarlo. La tarea de registrar un partido electoral de carácter socialista y comunista cimbrará por completo nuestra forma de participación política, nuestras organizaciones y nuestro pensamiento político; pero finalmente si alguien debe estar preparados para los cambios somos nosotros los revolucionarios.

Para obtener la victoria, lo primero que hay que hacer es quererla. Y si queremos construir un partido político electoral de los Socialistas y comunistas en México, debemos actuar de manera decidida y firme en la construcción de esa herramienta.

06 de diciembre de 2024

Por Edgar López Rosales

Economista, marxista y fundador de morena