Escrito por: Jonatan Romero.

Carlos Fazio escribió el 15 de mayo de 2002 un texto en la jornada que se tituló “Latinoamérica y la disputa geopolítica”. En ese artículo, la tesis central tiene como premisa que Estados Unidos está reeditando su doctrina Monroe y comienza a reorganizar su influencia en los países del cono sur del continente. La razón es muy simple según el autor, ya que 1) Rusia y China están incrementando su influencia tanto económica como política en la región y 2) la hegemonía del dólar se pone entre dicho dentro de la crisis económica mundial que inició en 2008.  El llamado neoliberalismo se encuentra en una encrucijada, pues, por un lado, la potencia económica está bastante desgastada por los ciclos económicos y, por el otro, ya encontró dos competidores naturales tanto en la cuestión militar como en la financiera.

Moddys alertó posiblemente una recesión en Estado Unidos, esta proyección data del 4 de mayo de 2023. Los ciclos económicos están impactando negativamente al país hegemónico hasta el momento y todo parece indicar que en los próximos años no habrá tregua ni económica y tampoco social.  Otro dato curioso es el crecimiento del Producto Interno Bruto de Alemania, pues aquel se redujo 0.3%, es decir el país europeo entró en recesión técnica. Los dos polos más dinámicos de la economía capitalista no gozan de salud financiera y sumando la bancarrota bancaria que se ha generalizado en occidente se puede concluir que el futuro no se presenta nada optimista para el mundo de los negocios. En este momento, yo recuerdo al gran Charles Dickens que escribió “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas”.

En ese sentido, Kondratieff sirve mucho en estos tiempos dialécticos, pues el anteior seria uno de los pilares para comprender la teoría de los ciclos económicos. Aquí es importante recordar la premisa del economista ruso, pues señaló abiertamente que para salir de las crisis económicas se necesitan tres elementos esenciales: 1) el cambio tecnológico, 2) la búsqueda de mercado nuevos (venta de mercancías y de materias primas) y 3) la guerra (en sus diferentes momentos y formas). Lo que se escribió en el siglo XX corto para el XXI sigue siendo muy vigente. Pues, como si se tratara de una receta, Estados Unidos y la OTAN están llevando a cabo las premisas teóricas que un escritor marxista escribió en la odiada Rusia Soviética. De esta manera, México se encuentra en este tablero geopolítico y la intervención extranjera está avanzado en sus diferentes formas conforme lo que anteriormente se ha expuesto.

La Suprema Corte de Justicia ha de convertirse en el ultimo recurso de las oligarquías financieras y terratenientes. Mientras el gobierno intenta recuperar la soberanía del país, en el otro lado el poder judicial hace el trabajo sucio del imperialismo yankee. Ya el gobierno de Obrador ha denunciado abiertamente la injerencia económica de Estados Unidos mediante el financiamiento de Organizaciones no gubernamentales. Claudio X. González sería el principal benefactor y este repartirá las “generosas” sumas de dinero del exterior a los medios de comunicación, Organismo Autónomos, Organizaciones que se amparan en las luchas sociales y la defensa de la naturaleza y los jueces en el país. La embajada lejos de negarlo terminó aceptando sus vínculos financieros dentro de México.

En el caso del poder judicial, la estrategia ha sido muy clara: 1) frenar los proyectos prioritarios de la 4T, 2) liberar mediante amparos a una serie de criminales, 3) detener cualquier modificación a la ley electoral en México y 4) la derecha quiere utilizar a la suprema corte para destituir al presidente. Pero, la cuestión radica en detener la soberanía dentro del gobierno de Obrador y seguir garantizando el enriquecimiento a costa del sufrimiento de la sociedad mexicana. Lo que aparece como una lucha de ideales, en la realidad, lo anterior es el reflejo mismo de la lucha de clases dentro de la crisis económica capitalista. Por un lado, la pobreza se agudiza y por el otro, las fortunas se quedan en muy pocas manos. La única forma de resolverlo es mediante una política plebeya, pero está encontrará resistencias dentro del sistema rentista o parasitario que dejó el neoliberalismo.

Aquí se pueden dar constancia de las dos fuentes de resistencia a la 4T y la cual depende totalmente el poder judicial:

Primero, la consultora Roland Berger señaló dos elementos muy importantes dentro de la relocalización de las empresas o el llamado Nearshoring: 1) el 78% de las empresas de Estados Unidos quieren emigrar de China hacia México y 2) el motivo es la búsqueda de mejores cuotas de ganancias. Gilberto Lozano pronosticó un crecimiento por arriba del 4% derivado de la nueva reorganización del mercado mundial, pero esos beneficios están comprometidos en México. Puesto que, el gobierno de la 4T querrá una distribución más equitativa de la riqueza generada, pero las empresas extranjeras quieren saquear totalmente al país. Los frutos de una palanca de desarrollo en el país están en disputa por dos proyectos y el imperialismo yankee al no tener el poder ejecutivo y ni el legislativo busca el apoyo del judicial.

Segundo, no solo las grandes transnacionales tienen intereses económicos que rivalizan frente al gobierno humanista de la 4T, sino también las oligarquías nacionales. En el ultimo año, las fibras crecieron en un millón de metro cuadrado para espacios industriales, es decir, los terratenientes quieren una parte de la riqueza nueva dentro de la relocalización, mediante la especulación del precio del suelo. No sólo subió la ocupación, sino también la rentabilidad de las regiones en donde va a impactar esta nueva estrategia de organización productiva. También es claro que los jueces no solo responden a los intereses mezquinos de las corporaciones sino también de las oligarquías parasitarias del país.

Frente al conflicto económico, la política resurge como un arma revolucionaria y, entonces, los comunistas afirmamos que es necesario nacionalizar inmediatamente tanto el suelo y subsuelo de nuestro país y la banca. También, la democracia plebeya debe impactar en el poder judicial y se debe plantear no solo una reforma sino crear totalmente uno nuevo. La derecha no descansará ni un solo momento para descarrilar el proyecto que inició en 2018 y la izquierda debe tomar una decisión: o esperamos comprensión del enemigo o avanzamos dentro de una estrategia revolucionaria o radical.