Escrito por: Edgar López Rosales

El pasado 08 de septiembre el Consejo Nacional de morena publicó la convocatoria para el VII Congreso Nacional Extraordinario de morena a celebrarse el próximo 22 de septiembre de 2024 en el World Trade Center de la CDMX; entre sus propuestas rumbo al Congreso destaca la reforma a los documentos básicos (Declaración de principios, programa de lucha y estatutos), la ampliación del Consejo Nacional a 395 integrantes (200 electos en Congreso Nacional y 195 no sujetos a votación), asimismo extender el periodo de los actuales congresistas hasta 2027  y la renovación de la Presidencia y la Secretaría nacional del partido, terminando el 01 de octubre el periodo de Mario Delgado al frente del partido. Entre algunos aspirantes a la presidencia de morena destaca la actual Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Lujan.

Mario Delgado llegó a la Presidencia de morena en octubre de 2020, a través de una imposición del Tribunal Electoral, ya que no contaba con los requisitos para participar en el proceso interno, (ni siquiera estaba afiliado al partido), a partir de su llegada, el partido ha profundizado su giro a la derecha; en 2021, aprovechando la emergencia sanitaria del Covid, designó candidatos a su conveniencia (por dedazo), destacando todos los chapulines políticos y parásitos que saltaron a morena, directamente a los cargos sin pasar por los procesos democráticos que había establecido el partido en sus estatutos. Muchos de ellos hablaban pestes de AMLO hace apenas unos años atrás, sin embargo, actualmente se encuentran al frente de los puestos políticos de la 4T, claro mientras exista dinero de por medio ¡Todos son morenistas!

Chapulines y falta de democracia interna

Una vez que los chapulines ocuparon diputaciones, presidencias municipales y demás cargos populares, Mario Delgado renovó el congreso de morena en julio de 2022, permitiendo la afiliación masiva de todos los grupos corporativos que ya se encontraban al frente de puestos de gobierno. El proceso interno de renovación de consejeros de 2022 fue un verdadero cochinero, las asambleas se convirtieron en centro de votaciones, la afiliación de morena pasó de 500 mil a 2 millones y medio de afiliados, se permitió el acarreo, la coacción del voto y la intromisión de funcionarios públicos en el proceso interno, situación que estaba estrictamente prohibida en los estatutos y que ponía en situación de inequidad a los demás militantes; actualmente de los más de 3 mil congresistas que integran el congreso nacional, más de 2 mil son funcionarios públicos o pertenecen a alguna estructura de gobierno.

Muchos compañeros manifestaron su inconformidad por la falta de democracia interna, la violación sistemática de los estatutos y las anomalías antidemocráticas en el proceso de selección de candidatos, por lo que en febrero de 2022 se conformó la Convención Nacional Morenista encabezada por John Ackerman, como un intento de agrupación de más de 200 congresistas de morena por recuperar la democracia interna y el respeto a los estatutos como un principio rector de nuestro partido-movimiento; lamentablemente Mario Delgado no actuó solo, ya que contó en todo momento con la complicidad de Citlali Hernández, el Fisgón y Berta Lujan (y demás personajes que se quieran añadir), que se encargaron de denostar los intentos de organización democrática.  El caso del Fisgón defendiendo la incursión de personajes como Sergio Mayer raya en lo grosero y el caso de Berta Lujan que tienen a toda su familia metida en el gobierno raya en el cinismo.

Finalmente, Mario Delgado consolidó el asalto al partido, modificando los estatutos en septiembre de 2022, para legitimar todas las practicas e incursión de chapulines y la falta de democracia interna, y ahora en el próximo Congreso Nacional Extraordinario de morena a celebrarse en septiembre de 2024, este giro se profundizará aún más. Por lo que es necesario preguntarse ¿Cuál será el futuro de morena como partido? 

¿Diferencias organizativas o diferencias políticas?

Para las masas estas incursiones de políticos chapulines y falta de democracia interna pareciera no tener importancia, finalmente la 4T está dando resultados como en el caso de la aprobación de la Reforma Judicial, que atenta contra los privilegios de una cúpula judicial que obstaculizaba la justicia en México y que se manejaba a través del amiguismo, compadrazgo, designación de familiares, venta de plazas y corrupción. Sin embargo, morena no puede ser candil de la calle y oscuridad de su casa, muchas veces se mencionó que la política no era un “quítate tú, para ponerme yo”, sino que nuestro objetivo consistía en erradicar todas estas lacras de la política mexicana, por lo que tarde que temprano estas incursiones mostrarán sus nefastas consecuencias políticas para la clase trabajadora.

Y si bien es cierto que existen diferencias organizativas en cuanto los métodos (los métodos que está empleando la cúpula son detestables), no podemos simplemente quejarnos de la falta de democracia en lo abstracto sin entender que detrás de las distintas visiones de “democracia” se esconden intereses de clase, y que estos intereses de clases se convierten en diferencias políticas. Si no somos capaces de ver las diferencias políticas de fondo que se encierra detrás de los métodos organizativos de la cúpula de morena y que están respaldados por el propio AMLO, solo estaremos viendo los efectos, pero no las causas que lo originan.

Morena es un partido político que se enmarca en los límites del capitalismo y dentro de la democracia burguesa, no plantea cambiar el sistema económico capitalista (ni siquiera lo menciona en sus analisis) sino que solo plantea hacer una serie de reformas al régimen. Esta tendencia política reformista no es nueva en la lucha, sino que es bastante vieja a pesar de que se intenta pasar al humanismo mexicano como algo novedoso. En resumidas cuentas, se busca realizar reformas al capitalismo, sin tocar las bases económicas del propio capitalismo y sin llevar a morena al terreno de la lucha de clases.

Para los reformistas no es necesaria la organización democrática de la clase trabajadora, basta con que votes por ellos (ya que de eso viven) y esperes a que ellos legislen. Esta política tarde que temprano mostrará sus limitaciones, ya que actualmente es imposible realizar una solo reforma (incluso teniendo la mayoría calificada en las cámaras), sin que esta se de en medio de un fuerte enfrentamiento entre las clases sociales. AMLO aprobó todo lo que pudo aprobar en su sexenio, pero las siguientes reformas que son necesarias para seguir desarrollando al país solo se pueden aprobar si se cuenta con un fuerte respaldo popular y organizado en las calles, ya que se enfrentarán a la reacción de la derecha que no está dispuesta a ceder en sus privilegios.

Cuando el PRI sufrió una escisión y se conformó el PRD, no se hizo solo argumentando falta de democracia interna ni imposición de candidatos (y eso que el PRI era el partido del fraude y los dedazos), sino fundamentalmente se hizo sobre una diferencia política: la ruptura política con el modelo económico neoliberal. Cuando morena se escinde del PRD, nuevamente no lo hace solo argumentando métodos de imposición de candidatos ni democracia interna, sino bajo una consideración política, el PRD representaba la subordinación nuevamente al modelo neoliberal mientras que morena nace poniendo en contraposición un modelo keynesiano nacionalista. Es decir, una escisión o una diferenciación con la cúpula de morena solo puede llevarse a cabo bajo una diferencia política, y no solo argumentando diferencias organizativas ni de democracia interna. 

La ruptura política con la cúpula de morena solo puede darse bajo la diferencia política de que no es posible reformar el capitalismo. Para cambiar el sistema económico se requiere la organización democrática de la clase trabajadora, ya que es la única que puede establecer un sistema económico distinto al capitalismo. Así que, cualquier intento de democratizar morena sin tomar en cuenta la ruptura política con el reformismo, está condenado al fracaso, y solo presenta a los compañeros ante las masas como oportunistas en la lucha de cargos.

Por Edgar López Rosales

Economista, marxista y fundador de morena